miércoles, 23 de agosto de 2017

Camping Las Arenas (Pechón)

Decidimos trasladarnos el viernes, para evitar las aglomeraciones del fin de semana, y así nos pillarán con "parcela puesta".  Aunque habíamos mirado varios destinos llamamos al camping "Las Arenas" en Pechón y nos dicen que sin problemas. Es un camping muy original que respeta tremendamente el entorno, no está parcelado, nada más entrar en él la vista ya es una maravilla, decidimos dar un paseo antes de decidirnos por algún bonito rincón para estacionar nuestra autocaravana pero al momento vemos una loma que está cerca de todos los servicios y allí que vamos.

Nuestra segunda sorpresa fue el restaurante, encargamos una paella de marisco que estaba exquisita, vimos que no sólo era solicitado por clientes del camping sino que también por vecinos de los pueblos de al lado, una buena cocina y un buena materia prima, a recomendar: el marisco.
Desde la terraza del camping hay una fantástica vista a parte de la desembocadura del río Deva, el agua se ve de un verde esmeralda transparente y se ha formado una pequeña playa, vemos que hay gente que ha bajado hasta allí, lo divisamos desde una considerable altura, y pensamos en bajar hasta allí en algún momento.
Aunque estamos cerca a tres kilómetros de Unquera y a dos de Pechón vemos que por carretera es difícil ir andando pues no hay arcén y las curvas hacen peligrosa la caminata, así que preguntamos por otras vías para poder salir a caminar.   Pasear por el camping, ir descubriendo como se han ido ocupando rincones preciosos de praderas con más o menos arbolado, es una gozada.  Nos hablan de una pista que parte al lado de la playa y a la mañana siguiente nos decidimos a recorrerla, Iris lo agradece pues la llevamos suelta hasta llegar a Pechón.

En el camino pasamos de bosque se encinas,  fresnos, arces, acebos, etc,  a praderas llenas de flores. Menos en algún tramo, el camino está perfectamente marcado por las vallas de espino o electrificadas que se encuentran a ambos lados para que el ganado no se escape, y pasamos a su lado, Iris les ladra pues es la primera vez que ve animales tan grandes para ella.
La puesta de sol.
Al día siguiente volveremos a recorrer esa pista y para descubrir alguna de las calas que hay en los desvíos y llegar hasta la playa de Pechón. 
En la playa del camping también hay unas vistas preciosas.
En esta foto se ve parte del camping.


miércoles, 16 de agosto de 2017

Hacia el norte, playa de Oriñón

¡¡Cuántas veces había pasado por la autovía y por unos segundos había divisado ese rincón¡¡: La playa de Oriñón,  al lado de un pequeño barrio y término municipal de Castro  Urdiales. Desde Zaragoza salimos a las 9 de la mañana el día 18 de julio rumbo a Oriñón, tenemos muchas ganas de playa. Durante el viaje desechamos las autovías de peaje hasta Haro y allí, la impaciencia por llegar, nos hace coger la Ap-1 y luego la Ap-68 hacia Bilbao y luego la Ap-8 hacia nuestro destino. En la salida 160, a dos kilómetros, por una buena carretera de acceso, se llega al camping.
Nos maravilló la playa, enorme, una playa tan bonita y extensa con tan pocas personas ....¡todo un lujo! y además rodeada de montaña,  al ser una playa muy llana nos contaron que hay medio kilometro entre la pleamar y la bajamar por lo que en algún momento había que caminar un buen trecho para podernos bañar.
Yo no sé si será por el cambio climático pero nunca me he bañado en el Cantábrico sin notar que el agua estuviera helada, así que aprovechamos a darnos un buen baño, !!!el agua buenísima¡¡¡.
En el camping muy amables, una pequeñísima tienda con ¡¡todo!!! lo necesario, restaurante, parcelas de hierba, buenos accesos a la playa, en fin.... muy bien. Precio con electricidad en julio: 28 euros al día. Admiten mascotas.
Preguntamos para hacer alguna caminata y nos comentaron la posibilidad de subir a Sonabia por la carretera que contaba con un camino paralelo a la carretera, luego se podía seguir ruta pero ya por caminos más estrechos a varias calas pequeñas.  Allí nos fuimos con Iris y a medida que subíamos y se divisaba la playa la vista cada vez era más hermosa.  Iris empezó a ladrarles a unos burros, posiblemente era la primera vez que veía uno.




Nos llamó la atención que fuera del camping hay un gran aparcamiento y a pesar de la prohibición expresa de que no se pernocte con autocaravanas allí había varias.
En Oriñon pasando por delante del camping y atravesando el pueblo hay un gran aparcamiento asfaltado en el que no se veía ninguna señal de prohibido.
Al tercer día seguimos ruta.